Elaboró un ranking de los personajes más influyentes del sector, en base a un sondeo entre proveedores, ejecutivos, empresarios académicos y abogados. El resultado, en orden de menciones, fue el siguiente: Diego Hernández, Presidente Ejecutivo de CODELCO; Jean-Paul Luksic, Presidente de Antofagasta Minerals; Nelson Pizarro, Vicepresidente de Minera Lumina Copper Chile; Alberto Salas, Presidente de SONAMI; Hernán de Solminihac, Ministro de Minería; Raimundo Espinoza, Presidente de la Federación de Trabajadores del Cobre; Gerardo Jofré, Presidente del directorio de CODELCO; Francisco Costabal, Vicepresidente de Desarrollo, de Negocios y Administración de Sudamerica de Free-Mc Moran Cooper & Gold; Patricio Contesse, Gerente General de SOQUIMICH; y Marcelo Awad, Presidente Ejecutivo de Antofagasta Minerals.
Capital publica un breve perfil de estos top ten de la minería nacional. El número 1 es el Presidente Ejecutivo de CODELCO, Diego Hernández, de quien se destaca que su autoridad emana no sólo de sus altos cargos, sino fundamentalmente de su solidez personal y técnica, visión, experiencia y sensibilidad para incorporar los vertiginosos cambios de la actividad. “Hernández da confianza porque es hombre de una sola palabra y su agenda es conocida. Lo conversado se puede considerar firmado”, destaca la publicación. Entre sus principales logros, menciona haber echado a andar la gran mina Collahuasi a fines de los años 90, de la cual fue su Presidente. Sin embargo, enfatiza que la culminación de su carrera fue aceptar la Presidencia Ejecutiva de COLDELCO el año 2010, con una remuneración muy inferior a la que percibía en BHP Billiton y con el desafio de enfrentar el desarrollo de los proyectos estructurales de la compañía estatal.
En el sexto lugar aparece el Presidente de la Federación de Trabajadores del Cobre, FTC, Raimundo Espinoza, quien en los últimos meses ha apoyado la estrategia de CODELCO en el conflicto con Anglo American. El dirigente ha calificado como de mala fe la decisión del consorcio minero internacional de vender a Mitsubishi el 24,5% de la propiedad de Anglo American Sur, ex Disputada de Las Condes, pasando a llevar el derecho de compra de la cuprífera estatal sobre el 49% de los títulos. “CODELCO tiene no sólo el derecho, sino la obligación de usar todos los recursos legales para defender sus intereses, que son los intereses de todos los chilenos”, puntualizó categóricamente Raimundo Espinoza. El litigio fue tema de análisis en el 63 Congreso Nacional ordinario de la FTC, realizado en La Serena entre el 18 y el 20 de abril. Otros temas que se debatieron en el encuentro fueron la política de Estado sobre el litio, la evolución de los Recursos Humanos y las nuevas condiciones laborales en el sector minero.
En otro artículo, titulado “La Nueva Fiebre, el Litio”, Capital analiza el debate sobre la decisión del Gobierno de licitar la explotación de los salares a través de Contrato de Operación de Litio (CEOL). Estos se unirán a SOQUIMICH y la Sociedad Nacional del Litio, únicas empresas chilenas habilitadas para extraerlo. El Estado chileno lo declaró recurso inconcesionable a fines de los años 70. Sin embargo, la llegada del siglo 21 cambió el escenario y se produjo una explosión en el uso de este metal en la bullante industria tecnológica, particularmente el de las baterías. Un solo dato: el 2002 su precio internacional alcanzaba a los 3 mil U$ por tonelada y sólo cuatro años más tarde ya se había empinado a los 7 mil U$. De ahí la importancia del intenso debate que los CEOL han generado en el Congreso y en las organizaciones gremiales. Como antes ocurrió con el cobre, el tema divide opiniones. Parlamentarios de gobierno apoyan la medida del Ejecutivo, argumentando que en el mercado del litio hay espacio suficiente para los actores público y privado. En cambio, legisladores de la oposición y dirigentes sindicales, si bien reconocen que la decisión del Gobierno es legal, la rechazan y proponen la creación de una Coproración del Litio, imitando el modelo de CODELCO. El tema no es menor, pues El 40% de las reservas planetarias de este metal están en Chile, superado sólo por Bolivia, y nuestro país representa el 41% de la producción mundial, lo que lo han convertido en principal actor de esta industria.
